martes, 19 de febrero de 2013

Gracias, Santo Padre

En la certeza de que es Cristo, personalmente, quien cuida a su Esposa, deseamos que en estos momentos pueda sentirse querido y abrazado por la Iglesia como usted ha querido y abrazado a la Iglesia.
En esta niña, y en otros más, cercanos a nosotros, que han sido abrazados por usted, nos hemos sentido abrazados, cuidados y bendecidos por usted. Y, a través de usted, por Dios mismo. Misterio de Comunión.
Rezamos por usted. 
Que Dios le bendiga y Nuestra Santa Madre le abrace



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